De la Inteligencia Artificial al ‘Big Data’: Así Ayuda la Tecnología a las Empresas españolas
Transformación Digital
No es que la tecnología pueda ayudar a las empresas, es que ya lo está haciendo. Estos son ejemplos de compañías españolas que ya aprovechan la tecnología más puntera del mundo.
Cuando hablamos de tecnología y empresas, surgen las primeras preguntas. ¿Se qué manera afectará eso al empleo? ¿Perjudicará la inmersión tecnológica a las capacidades humanas en el ámbito laboral? ¿Quién gana y quién pierde en todo este progreso?
En realidad, más allá de los pertinentes debates sobre la robotización y el empleo, lo cierto es que hace tiempo que la tecnología viene ayudando a un sinfín de empresas en sus tareas y herramientas diarias. Y las empresas españolas no son una excepción, tal como se demostró este jueves en las jornadas ‘Leading digital: la empresa y sus líderes ante la era digital’, organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).
El evento contó con los testimonios de Nacho Cardero, director de El Confidencial; Paulo Morgado, CEO de Capgemini; Javier Rodríguez Zapatero, presidente del ISDI; Pilar López, presidenta de Microsoft Ibérica; Francisco Román, presidente de Vodafone España; Álvaro Zamácola, director de Desarrollo de Negocio de Blablacar Iberia; Mariano Silveyra, ‘country manager’ de Cabify en España, y Javier Cuesta, presidente de Correos.
‘Big data’
Pese a que a veces cuesta aterrizar y definir bien el término, hace tiempo que la ‘big data’ se viene insertando en los procesos de diversas compañías españolas, como recuerda Pilar López, de Microsoft: “Yo misma he recurrido a ello para analizar mi trabajo diario, viendo cuánto tiempo dedico a reuniones, cuánto al correo electrónico… Me está ayudando a ser consciente de cómo reparto mi trabajo y cómo debo mejorar”.
Además, “esta herramienta ayuda a cualquier empresa a extraer conclusiones a partir de datos, por ejemplo, cuando Uber recurre a ella para cruzar a conductores y usuarios o cuando una compañía consigue eliminar sus riesgos de seguridad cruzando datos”; asegura. Igualmente, “los casinos pueden hacer perfiles de jugadores y reducir los fraudes, las empresas de vehículos pueden evaluar el coste de sus combustibles o el ciclo de vida de un motor, etcétera”.
Pero el ‘big data’ también juega un papel esencial en la oferta de servicios: “Nosotros hemos lanzando productos basados en el internet de las cosas, en aplicaciones o en códigos QR”, asegura Francisco Román, de Vodafone. “Cuando la tecnología ayuda a los clientes, ellos también salen ganando”.
En Blablacar y Cabify, esta tecnología también resulta esencial. No solo para poner en contacto a sus usuarios y conductores, sino, sobre todo, para detectar las flaquezas de según qué sectores: “Los coches están parados el 97% del tiempo“, asegura Álvaro Zamácola, “así que estas tecnologías nos ayudan a dar un mayor aprovechamiento a bienes que están claramente infrautilizados”. Para Mariano Silveyra, además, “todo esto nos ayuda a ser más eficientes, más sostenibles y a contaminar menos, además de iterar los algoritmos y contrastar la oferta y la demanda de nuestros servicios”.
Hace tiempo que Correos también apostó por la ‘big data’: concretamente en sus servicios de ‘ecommerce’, en los que esta tecnología ayuda a la empresa a dinamizar y planificar mejor los procesos de entrega de todos sus pedidos y a unir las dos patas esenciales de este servicio: el repartidor y el cliente.
Y es que este tipo de herramientas, en definitiva, “te ayudan a conocer mejor a tu usuario y, al final, a ofrecerle los servicios que le pueden interesar”, asegura Nacho Cardero.
‘Big data’
Pese a que a veces cuesta aterrizar y definir bien el término, hace tiempo que la ‘big data’ se viene insertando en los procesos de diversas compañías españolas, como recuerda Pilar López, de Microsoft: “Yo misma he recurrido a ello para analizar mi trabajo diario, viendo cuánto tiempo dedico a reuniones, cuánto al correo electrónico… Me está ayudando a ser consciente de cómo reparto mi trabajo y cómo debo mejorar”.
Además, “esta herramienta ayuda a cualquier empresa a extraer conclusiones a partir de datos, por ejemplo, cuando Uber recurre a ella para cruzar a conductores y usuarios o cuando una compañía consigue eliminar sus riesgos de seguridad cruzando datos”; asegura. Igualmente, “los casinos pueden hacer perfiles de jugadores y reducir los fraudes, las empresas de vehículos pueden evaluar el coste de sus combustibles o el ciclo de vida de un motor, etc”.
Pero el ‘big data’ también juega un papel esencial en la oferta de servicios: “Nosotros hemos lanzando productos basados en el internet de las cosas, en aplicaciones o en códigos QR”, asegura Francisco Román, de Vodafone. “Cuando la tecnología ayuda a los clientes, ellos también salen ganando”.
En Blablacar y Cabify, esta tecnología también resulta esencial. No solo para poner en contacto a sus usuarios y conductores, sino, sobre todo, para detectar las flaquezas de según qué sectores: “Los coches están parados el 97% del tiempo“, asegura Álvaro Zamácola, “así que estas tecnologías nos ayudan a dar un mayor aprovechamiento a bienes que están claramente infrautilizados”. Para Mariano Silveyra, además, “todo esto nos ayuda a ser más eficientes, más sostenibles y a contaminar menos, además de iterar los algoritmos y contrastar la oferta y la demanda de nuestros servicios”.
Hace tiempo que Correos también apostó por la ‘big data’: concretamente en sus servicios de ‘ecommerce’, en los que esta tecnología ayuda a la empresa a dinamizar y planificar mejor los procesos de entrega de todos sus pedidos y a unir las dos patas esenciales de este servicio: el repartidor y el cliente.
Y es que este tipo de herramientas, en definitiva, “te ayudan a conocer mejor a tu usuario y, al final, a ofrecerle los servicios que le pueden interesar”, asegura Nacho Cardero.
Inteligencia artificial
Si vamos más allá, también nos encontramos con compañías españolas que sacan un rendimiento positivo de las herramientas de inteligencia artificial: “Muchas empresas, como UPS, ya recurren a ‘chatbots’ para interactuar con los clientes, y los beneficios están claros”, asegura Pilar López, de Microsoft.
En Capgemini, de hecho, controlan bastante este apartado tecnológico. Desde la consultora, han estudiado en los últimos años el impacto de estos chats, que parecen destinados a liderar la atención al cliente, ya que, como asegura López, “la inteligencia artificial facilita tareas del comportamiento humano como la interacción entre personas, donde las máquinas están apareciendo de manera muy natural“.
Colaboración digital
La consolidación de internet y los procesos tecnológicos ha dado lugar a una nueva dinámica de trabajo: la colaborativa. “En El Confidencial hemos hecho investigaciones, como los Panama Papers o los Paradise Papers, que han salido adelante gracias a la colaboración ‘online’ de medios de todo el mundo”, recuerda Nacho Cardero, director de este periódico.
Y es que, según Cardero, “una de las ventajas de la tecnología es que permite que las personas, incluso las empresas, colaboren entre ellas de manera constante, como en estos ejemplos de periodismo colaborativo”.
Un ejemplo que también está presente en una de las mayores tendencias de la economía actual, la colaborativa, donde los usuarios de cualquier parte del mundo se unen para sacar provecho y rendimiento a un producto o servicio.
En Blablacar saben bastante de esto: y es que, como asegura Álvaro Zamácola, “nuestra plataforma no sería posible sin la colaboración de la comunidad, que está unida bajo conceptos como la reputación y la confianza digital”.
Formación empresarial
Pero las nuevas tecnologías también ayudan a las empresas dentro de su propio funcionamiento interno: por un lado, con la transformación digital de los trabajadores, y por otro, con la integración de esa cultura digital dentro de los diversos procesos de negocio.
En el primer caso, juegan un papel esencial servicios como los de Capgemini, que, desde su línea de consultoría, ayudan a las diferentes empresas a adaptarse a los nuevos contextos de negocio. También el ISDI colabora con ello, formando en destrezas y conocimientos digitales a los directivos y empleados menos familiarizados con las tecnologías que son tendencia.
El objetivo parece claro: “Tenemos que ser compañías digitales y forzarnos a tener un aprendizaje continuo”, asegura Román. “Todos somos principiantes en la tecnología, hay que aproximarse a ella, y nuestro papel es facilitar eso, tanto a empleados como a clientes”.
Porque no hay que olvidarse de los trabajadores, ya que la inmersión digital también puede traerles muchos beneficios, como recuerda Nacho Cardero: “Un corresponsal de guerra, por ejemplo, sufre la precariedad de su trabajo, pero, gracias a las redes sociales, también tiene una ventana y puede llegar a una audiencia a la que hace 10 años no habría podido llegar“.
“La tecnología no sustituirá a las personas, las complementará”
Para Cardero, la obligatoriedad de insertar la tecnología y la economía digital en los modelos de negocio ha supuesto incluso una oportunidad, ya que “nos han sacado a todos de nuestra zona de confort, de esa complacencia basada en modelos obsoletos“.
De hecho, “esto no para de cambiar. Dicen que los periódicos digitales somos el futuro, pero se equivocan: somos el presente y, como no sigamos evolucionando, seremos el pasado”.
Por ello, “todas las empresas tenemos que seguir estando muy pendientes de todas las tendencias que haya, para meterlas en nuestros modelos de negocio. Ahora ya no vale lo que funcionaba hace 10 años”.
Para Pilar López, en definitiva, estamos ante un contexto dinámico cuyo paradigma cambiante se prevé definitivo: “Estamos inmersos en una cuarta revolución industrial y tenemos que saber adaptarnos a ella. Pero hay algo que me queda claro: la tecnología no va a sustituir la capacidad humana, la va a complementar”.
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