Libro recomendado: Bienvenidos a la revolución 4.0
API Strategy
Todo lo que necesitas saber para triunfar en la era digital
Fernando Botella, experto en marketing, liderazgo e innovación, explica cómo afrontar y gestionar el cambio en la nueva era caracterizada por la gran velocidad a la que sucede la transformación digital. Aunque con un estilo repetitivo y fragmentario, ofrece ejemplos, testimonios y técnicas (sin profundizar demasiado) para desarrollar un proceso creativo que genere nuevas propuestas de valor para una empresa o marca. getAbstractrecomienda este libro a emprendedores y líderes que buscan herramientas para mantener un negocio o desarrollarse como profesionales en la nueva era digital.
Ideas fundamentales
- Las transformaciones sociales son culturales e instalan una “nueva normalidad”.
- En la nueva normalidad actual la transformación digital es la regla, así como la incertidumbre y la inestabilidad.
- Aun en la era digital, la atención se centra en la persona, cuyas herramientas más fuertes son el pensamiento creativo y su capacidad para la innovación.
- El ciudadano BETA ejerce el cambio al asumir errores y riesgos, pero también al aprender de ellos.
- El ciudadano BETA es disruptivo, colabora y comparte su talento, es un nómada digital.
- La clave del pensamiento creativo es llegar al descubrimiento de soluciones distintas para resolver un problema.
- Lo esencial de un proceso creativo es dudar y cuestionar todo lo que se da por sentado.
- La creatividad mira la realidad bajo nuevos ojos y convierte las ideas en hechos.
- El nuevo marketing idea nuevas maneras para comunicarse con las personas, seducirlas e inspirarlas.
- El líder BETA guía la transformación creando redes de inteligencia colectiva y facilitando la comunicación.
Resumen
La nueva normalidad
La historia es una transformación continua. El cambio es constante y permanente. En las diferentes épocas de la humanidad, la aparición de herramientas nuevas, la evolución de las conocidas o el descubrimiento de otras formas de usarlas dieron pie a grandes transformaciones sociales. Después de cada una de ellas se instaló siempre una “nueva normalidad”. Cualquier transformación social implica un cambio en la mente de las personas, por lo tanto siempre es cultural. La base de cualquier transformación es la persona. Para que esta se dé, la relación de las personas con lo nuevo debe cambiar de modo que disminuya su resistencia o pasividad ante el cambio. La nueva normalidad actual es la “Transformación 4.0” en la era digital, en la que existe el internet de las cosas, se desarrolla la inteligencia artificial, la información fluye libremente, hay un encuentro entre talento y tecnología, y los cambios suceden a una velocidad exponencial. Esta época exige una transformación cultural más compleja que solo digitalizar el mundo. Usted deberá saber cómo responder a este nuevo contexto y, sobre todo, cómo descubrir oportunidades para desarrollarse como profesional o mantener su negocio.
BETAlandia
Puesto que la vida es incierta, no es cómoda y tampoco segura, la incertidumbre es parte de BETAlandia, la nueva normalidad, donde la realidad está en movimiento continuo y la sociedad es líquida, como afirma el sociólogo Zygmunt Bauman. A diferencia del pasado, cuando se buscaba la estabilidad (de un hogar, de un trabajo), hoy la inestabilidad es lo normal, todo se mueve, cambia, todo tiene un sentido provisional, de paso, y los límites se deslavan. En esta normalidad, los dispositivos electrónicos –como los teléfonos inteligentes, las tabletas, los drones y las computadoras, así como las redes sociales y la inteligencia artificial– ya forman parte indisoluble de la vida cotidiana y seguirán desarrollándose. Al mismo tiempo, existen altas tasas de desempleo y precariedad; como nada es claro, se vive en un continuo riesgo y fragilidad.
En el pasado, se sostenía un negocio trabajando y promocionando su “ventaja competitiva”, es decir, la diferencia que lo hacía mejor que otros; sin embargo ahora, con el veloz desarrollo de la tecnología digital y la aceleración en el cambio social, es difícil sostener una ventaja en el tiempo. La propuesta de valor ya no está solamente en diferenciarse, sino en la persona misma. La propuesta de valor es usted, pues usted es lo realmente diferente. Aunque es una realidad que las herramientas tecnológicas y la inteligencia artificial realizarán muchas de las tareas que las personas hacen, el ser humano no podrá ser digitalizado ni automatizado, seguirá sabiendo la razón y el objetivo de las cosas. La atención se centra en él. Ideará otras formas de liderazgo, cuyas herramientas más fuertes serán el pensamiento creativo y su capacidad para la innovación.
El “ciudadano BETA”
En el lenguaje informático, un software en beta es una aplicación en fase de desarrollo, sujeta a pruebas y corrección de errores, por lo tanto a cambios constantes. El cambio representa incomodidad. Es difícil afrontarlo, pero sobre todo hacer que suceda. Solo un ciudadano BETA, o “nuevo mono”, podrá hacer frente a los cambios que trae consigo la nueva normalidad y crear a partir de ellos.
El ciudadano BETA sabe que no puede escapar del cambio, está inmerso en él, conoce su importancia y, osado, se atreve a ejercerlo asumiendo errores y corriendo riesgos, vive en un estado permanente de transformación. Es un continuo aprendiz, se equivoca y acepta sus errores como parte del proceso; primero hace las cosas y luego planifica a partir de sus aprendizajes. No se adapta para sobrevivir. Adaptarse es modificar algo para que funcione de nuevo en una diferente situación, implica un acomodo. La adaptación es solo una de las posibles respuestas al cambio. El ciudadano BETA prefiere la disrupción, es decir, la capacidad creativa de pensar y realizar cosas nuevas. Implica observar de formas desacostumbradas, abrir espacios para las oportunidades, así como utilizar recursos tanto nuevos como viejos y mezclarlos.
Quien vive en BETA comprende que el trabajo y las relaciones están en un proceso de desarrollo sometido a prueba y error, que se puede aprender y crecer continuamente, porque todo está sujeto a ser cuestionado; no hay perfeccionismo, se busca una mejora continua, gradual y disruptiva desde el pensamiento crítico, que se abre a otras visiones. El ciudadano BETA interactúa con otras inteligencias, es colaborativo y comparte generoso su talento. Es un “nómada digital”, pues gracias a la tecnología se conecta en cualquier lugar y momento a redes globales de conocimiento y colaboración. Se mueve, va transitando por proyectos en los que su talento funciona y donde pueda aprender, pues sabe que es valorado por su conocimiento personal.
Re-think para escapar de lo obvio
Es importante tener esquemas mentales listos que incorporen rápidamente las novedades tecnológicas o metodológicas. Hay que repensar todo. La clave del pensamiento creativo y la innovación es entender que existen alternativas múltiples y diversas para resolver un problema. Por ello, el primer paso de cualquier proceso creativo es cuestionarse, así evitará mantenerse con un punto de vista fijo que impida ver otras posibles salidas.
No dé por sentada la primera idea que llegue a su cabeza, cuestiónela. Se trata de superar las ideas fijas o antiguas para destruir la resistencia a avanzar. Uno de los obstáculos del pensamiento creativo es la “discriminación cognitiva”. El cerebro, con el fin de ahorrar energía y seguir el camino más sencillo, suele dar la respuesta más obvia a un problema aunque en realidad no sea la correcta, lo que impide pensar en la verdadera solución.
ara romper este comportamiento que pone límites falsos a la mente, dedique tiempo y esfuerzo suficientes para analizar la situación y plantee las preguntas “¿y si?”, “¿qué pasaría si?” para ver la totalidad de posibilidades. El ciudadano BETA es innovador y revolucionario porque limpia su pensamiento de sus supuestos límites y los del entorno, sin embargo también ama la imperfección. El éxito que alcance en sus relaciones y trabajo depende de su capacidad para asumir con tranquilidad la imperfección. La vida es incierta e impredecible, aceptarlo permite comprender que no todo lo que queremos sucederá. Aunque haya esfuerzo, tenacidad y entusiasmo para conseguir algo, no todo lo que se desea es posible, pues los seres humanos están condicionados por sus límites reales y otros factores que no pueden controlar. Para evitar la frustración y tener una vida satisfecha, sus expectativas y la realidad deben estar alineadas.
Serendipia
La serendipia es cuando sucede un hallazgo inesperado cuando se busca otra cosa. No es simple azar, sino una mezcla en la que se sincronizan el arduo trabajo profesional, la curiosidad, el pensamiento creativo y la suerte o casualidad. La llegada de Cristóbal Colón a América y el descubrimiento de Alexander Fleming de la penicilina son ejemplos de ello. Hay dos rasgos que distinguen a las personas serendípicas: 1) están trabajando cuando la inspiración o casualidad las encuentra, lo que les da la capacidad de descubrir aquello que no estaba en sus planes, y 2) tienen un objetivo, que es el motor para que logren resultados extraordinarios; el objetivo de Fleming era reducir la mortandad infantil; el de Colón, llegar a la India.
El pensamiento creativo es un proceso
La creatividad no solo implica mirar de forma desacostumbrada la realidad, sino también averiguar cómo convertir las ideas en hechos hasta poner en práctica una nueva manera de hacer algo. Existen cinco elementos para desarrollar un proceso creativo en función de las ideas:
Objetivo claro – El pensamiento creativo se sustenta en un propósito definido que sirve de guía o brújula para generar y desechar ideas.
Conocimiento – Para ser capaz de analizar, investigar y dar sentido a un hallazgo, es esencial poseer el conocimiento que exige cualquier disciplina para tener éxito en ella.
Cuestionarse – El sistema del pensamiento creativo se basa en plantear preguntas. Hay que dudar de todo, de la costumbre, pero también de la innovación.
Perseverar – El esfuerzo iterado en el tiempo genera los resultados del pensamiento creativo. Hay que probar, equivocarse y volver a intentar, aprendiendo de los errores sin repetirlos.
Generar alternativas – Para resolver un foco, es decir, una situación o problema, se debe generar un abanico de alternativas con el fin de evaluar la viabilidad de cada una de ellas.
El motor del pensamiento creativo (Pc) del ciudadano BETA puede expresarse en una relación matemática: Pc = C * i * E, donde C es conocimiento, i es imaginación y E es evaluación. Cada variable depende de la anterior, así que el orden debe respetarse. Cuando el conocimiento es cuestionado por la imaginación surge una explosión de posibilidades en la que nace el “pensamiento divergente” (C * i = pd). En esta etapa, se crean tantas listas de soluciones como sea posible, sin detenerse a juzgar si son válidas o no. Una vez completado, el listado se evalúa (pd * E). Este momento es de “pensamiento convergente” y tiene el objetivo de dilucidar qué ideas son útiles y viables, y cuáles no para desecharlas. Las ideas resultantes de la fase de convergencia serán las que se accionarán en el proceso de innovación. Existen diferentes herramientas para desarrollar cada fase, como el brainstorming, que ayuda a un grupo de personas a crear listas de ideas y evaluarlas de forma eficaz.
El BETAmercado
Según el famoso mercadólogo Seth Godin, solo una “vaca púrpura” se distingue entre miles de vacas iguales. Esta es la clave para tener éxito en el mercado: transformar un negocio para diferenciarlo de modo que resulte interesante, excepcional y nuevo. En el BETAmercado se hallan oportunidades de negocio y se idean estrategias de marketing novedosas considerando que el ocio, el placer y la facilidad para hacer las cosas marcan la realidad y los intereses de las personas.
Para descubrir la vaca púrpura en el proceso de crear su empresa o marca, usted debe tener claro el propósito de su negocio, como eje de la innovación, considerando que el núcleo de atención del BETAmercado sigue siendo la persona. El éxito no radica en la tecnología empleada, esta solo lo acelera; el éxito está en función de las decisiones de las personas. El nuevo marketing se ocupa de inspirar a la gente e idear formas para comunicarle la diferencia que caracteriza al negocio o empresa. La conversación que la marca establece con el cliente sigue estrategias sensoriales que estimulen los sentidos, poniendo énfasis en la ética y la estética, con el fin de asombrar y seducir.
El “líder BETA”
El nuevo líder será quien guíe y agilice el proceso de transformación de una organización. Sabe que en él inicia el cambio, es experto en gestionar la incertidumbre y tiene claro que la persona es el centro de la transformación tecnológica, no al revés. Su perfil es humanista, es empático, sabe escuchar, manejar emociones y generar conversaciones presenciales valiosas. Puesto que es el encargado de transformar en hechos las ideas de un grupo o compañía, su misión es catalizar y encauzar las distintas voluntades hacia un objetivo común, eliminar aquello que obstaculice el cambio y tejer redes de conocimiento que posibiliten la inteligencia colectiva, y para ello posee habilidades sociales que facilitan la comunicación y la retroalimentación. No es jerárquico, pues hace circular el talento impulsando el trabajo en colaboración horizontal.
Disfrutar el viaje
La insatisfacción constante y creciente, que cuestiona todo, es lo que detona el viaje del ciudadano BETA hacia la transformación, en el que la meta no es tan importante como el camino. Para que gestione y disfrute su jornada, debe ser capaz de descubrir en la incertidumbre del futuro nuevas oportunidades para el desarrollo social y personal; sin agobio, debe aceptar satisfactoriamente el presente, haciendo uso de herramientas como la espiritualidad, la resiliencia, el autoconocimiento y el optimismo inteligente.
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